lunes, 7 de febrero de 2011

Rayos-X para estudiar la evolución de las serpientes


¿Las serpientes actuales provienen de los lagartos terrestres o de los que vivían en los océanos? El debate sigue abierto entre la comunidad científica aunque la aplicación en fósiles de una novedosa técnica basada en los escáneres que se usan en muchos hospitales está ayudando a entender de qué forma y en qué momento las serpientes dejaron de tener patas.
Se trata de una tecnología que utiliza los rayos-X para reconstruir los fósiles en tres dimensiones. Ha sido especialmente desarrollada para examinar muestras planas de gran tamaño, como los fósiles hallados en excavaciones. Aunque no es nueva, ésta es la primera vez que se utiliza para estudiar fósiles.
Gracias a ella, un grupo internacional de investigadores ha logrado detectar una segunda pata, invisible a primera vista, en un fósil de serpiente de 95 millones de años de antigüedad que fue encontrado hace diez años en el Líbano. Tiene dos centímetros de longitud y está unida a la pelvis (la serpiente medía unos 50 centímetros). El estudio se publica esta semana en 'Journal of Vertebrate Paleontology'.

95 millones de años de antigüedad

El ejemplar fue bautizado como 'Eupodophis descouensi'. No se trata de un fósil cualquiera. Hasta ahora los paleontólogos han encontrado muy pocas serpientes fosilizadas que conservaran algún hueso de las patas, por lo que este ejemplar resulta clave para estudiar el origen de estos animales.
En todos los fósiles encontrados había patas traseras pero no se hallaron indicios de patas delanteras, por lo que los paleontólogos creen que estas serpientes eran bípedas . Tenían aproxidamente la misma antigüedad y fueron localizadas en la misma zona geográfica (los ejemplares bautizados como 'Pachyrhachis problematicus' y 'Haasiophis terrasanctus' fueron hallados cerca de Jerusalén).
Alexandra Houssaye, investigadora del Museo Nacional de Historia Natural de París (MNHP) y autora principal de este estudio, subraya que el hecho de que esta segunda pata no fuera visible a primera vista "es particularmente importante para entender el grado de regresión de los miembros". Houssaye explica que este aspecto no puede determinarse sólo porque la pata sea visible, ya que algunos huesos minúsculos -del tobillo o de los dedos- podrían haberse roto y desaparecer de la superficie: "Sin embargo, como la otra pata sí estaba conservada en la roca, ahora podemos estar prácticamente seguros del grado de regresión de sus miembros traseros", afirma.

Imágenes en tres dimensiones

Las imágenes en tres dimensiones y alta resolución obtenidas revelan que la estructura interna de sus patas es bastante similar a la de los actuales lagartos terrestres. Sin embargo, la científica advierte que, de momento, el estudio no permitirá decantarse por una de las dos hipótesis sobre el origen de las serpientes: "Podrían pasar diez años hasta que podamos encontrar la respuesta", asegura a ELMUNDO.es. "Por ello, nuestro trabajo ahora consistirá en intentar conseguir tanta información como sea posible a partir de los pocos fósiles que hemos conseguido. Los de las patas traseras de las serpientes son claves en este debate, por lo que necesitamos estudiarlos con detalle".
Los datos obtenidos en este estudio se combinarán con los que están siendo recabados en otras investigaciones que están siendo llevadas a cabo ahora para intentar aclarar si el origen de las serpientes está en el mar o en la tierra.

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