sábado, 4 de junio de 2011

Los servicios de atención al cliente no podrán ganar dinero ni hacer publicidad


La ley de servicios de atención al cliente impedirá que las empresas reciban ingresos adicionales a costa de atender a sus usuarios y que también aprovechen sus dudas para ofrecerles otros productos.
El Consejo de Ministros ha aprobado remitir de urgencia este proyecto de Ley a las Cortes. Además de exigir un servicio de atención gratuito y personalizado, la Ley fijará un plazo máximo de un mes para que las reclamaciones sean resueltas y un margen de un minuto desde la recepción de la llamada para que el usuario sea atendido em el 90% de los casos.
El Gobierno considera "necesaria" esta reforma porque la mayoría de las quejas y reclamaciones de los consumidores "tiene como elemento común la deficiente atención al cliente, especialmente en las grandes empresas". La medida, que prohíbe el uso de números de tarificación adicional, prevé una atención telefónica personalizada.
La nueva normativa establece unos parámetros mínimos de calidad para los sectores de servicios de suministros de agua, gas y electricidad, servicios de transporte de viajeros, servicios postales, medios audiovisuales de acceso condicional y servicios de comunicaciones electrónicas.
Para servicios de carácter básico, como el telefónico, el suministro eléctrico, de gas o de agua, el servicio deberá estar disponible 24 horas al día y 365 días al año.
Las empresas deberán informar a los usuarios de las incidencias contractuales que afecten gravemente a la prestación del servicio o a su continuidad, una vez tengan conocimiento de la misma y sin necesidad de que el usuario la requiera expresamente.
En cuanto a los controles externos, las empresas tendrán que superar auditorías externas anuales. Además, se prevé que en el futuro las empresas cuenten con personal debidamente formado y capacitado para atender las quejas de sus clientes.

Moléculas olfativas para despistar a los mosquitos que transmiten malaria


Los mosquitos tienen una especie de radar para detectar a los humanos. La clave para localizar a sus víctimas, de cuya sangre se alimentan, es eldióxido de carbono que los seres humanos emiten al respirar.
Los efectos de las picaduras de los mosquitos son un serio problema sanitario en muchos países. Algunas especies transmiten enfermedades tan graves como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla, así que los científicos intentan encontrar nuevas fórmulas para evitar sus picaduras y, de este modo, frenar el contagio.
Un equipo de científicos de la Universidad de California ha logrado identificar tres moléculas olfativas capaces de despistar a los mosquitos. El hallazgo, publicado esta semana en la revista 'Nature', permitirá desarrollar una nueva generación de repelentes que ayudarán a evitar la transmisión de estas enfermedades. Cada año, se registran cientos de miles de casos en países en vías de desarrollo. África es el continente más vulnerable.

Eficaces contra los mosquitos más peligrosos

Anandasankar Ray, profesor de entomología de la Universidad de California, y sus colegas, identificaron tres clases de moléculas volátiles que bloqueaban la capacidad de varias especies de mosquitos para detectar el dióxido de carbono emitido por los humanos al exhalar. Estas moléculas fueron eficaces para despistar a tres de las especies más letales: 'Anopheles gambiae' (que transmite malaria), 'Aedes aegypti' (contagia el dengue y la fiebre amarilla) y 'Culex quinquefasciautus' (virus del Nilo Occidental y filariasis).
Los científicos, que realizaron ensayos tanto en su laboratorio de California como en África, identificaron tres clases de moléculas del olor. Las moléculas 'inhibidoras' bloqueaban la capacidad receptora de dióxido de carbono en moscas y mosquitos. La moléculas 'imitadoras', por su parte, 'engañan' a los insectos al disfrazarse de dióxido de carbono, por lo que pueden utilizarse para fabricar trampas para mosquitos y mantenerlos alejados de los humanos. Por último, las moléculas 'cegadoras' consiguen activar de manera prolongada los sensores olfativos de los mosquitos de manera que bloqueaban su capacidad para detectar dióxido de carbono.

Repelentes más prácticos

El radar de los mosquitos para detectar dióxido de carbono se encuentra en unos apéndices diminutos situados cerca de su boca, parecidos a antenas, y denominados palpos maxilares.
"Estos componentes químicos ofrecen importantes ventajas como herramientas potenciales para reducir el contacto entre humanos y mosquitos, y puede conducir al desarrollo de una nueva generación de repelentes de insectos y de dispositivos para capturarlos", asegura Anandasankar Ray, autor principal del estudio.
Los mosquitos hembra transmiten las enfermedades a los seres humanos a través de su picadura. El mosquito se infecta cuando muerde a una persona afectada, pues se alimenta de su sangre. A partir de ese momento, su saliva contagia la enfermedad a sus siguientes víctimas, a las que puede localizar a distancia gracias a su desarrollado sentido olfativo.
El uso del dióxido de carbono para luchar contra los mosquitos no es nuevo. La mayor parte de los dispositivos para atraparlos ya lo utilizan. Sin embargo, estos sistemas suelen ser caros y voluminosos y deben ser recargados. La principal ventaja de este nuevo trabajo es que permitirá desarrollar repelentes más prácticos y económicos, con lo que su uso podrá extenderse en países pobres, según aseguran sus autores.
Así, explican que a partir de estas moléculas, que son eficaces a muy bajas concentraciones, podrán desarrollarse fórmulas en spray para ser utilizadas en interiores sin necesidad de aplicar el producto en la piel. Asimismo, permitirán fabricar pequeños artilugios para atrapar mosquitos.

Dos aficionados lanzan al espacio desde Dinamarca el primer cohete artesanal


¿Quién necesita a la NASA? No Peter Madsen y Kristian von Bengtson, dos daneses que han decidido, simplemente, viajar al espacio exterior por su cuenta y en su propia nave. El primer paso de gigante lo han dado este viernes tras lanzar con éxito el cohete no tripulado 'Heat 1X/Tycho Brahe' desde una plataforma marina situada en aguas de la isla de Bornholm. Un hito histórico nunca antes conseguido por una nave espacial privada. Como estaba previsto, el cohete cayó al mar minutos después del despegue.
Foto: Per Frost/ing.dk.
Foto: Per Frost/ing.dk.
Se trataba del segundo intento de'Copenhagen Suborbitals', que es el nombre de la sociedad fundada para el proyecto, después del fiasco del pasado septiembre, cuando unfallo técnico impidió que se encendiese el motor. En esta ocasión les acompañó la suerte. Madsen, Von Bengston y sus 40 ayudantes necesitaban un día soleado y lo tuvieron.
"Que haga buen tiempo es crucial", explicó Von Bengtson antes del lanzamiento. "Las olas no pueden ser muy altas, no más de medio metro; el viento debe permanecer por debajo de los 5 metros por segundo; y el cielo no debe estar demasiado nublado para que podamos seguir visualmente al cohete. Y con lluvia es absolutamente imposible por el riesgo de que entre agua en el depósito de combustible".

Permiso de la Armada danesa

La Armada danesa les había concedido permiso para utilizar la zona en que se instaló la plataforma marina, pero sólo hasta el 5 de junio debido a que después de esa fecha la OTAN tiene programado realizar allí maniobras navales. De ahí la importancia del factor meteorológico. No podían esperar indefinidamente a que se diesen las condiciones idóneas. Y puede que, en Dinamarca, Bornholm sea conocida como 'la isla del sol', pero por estas latitudes eso no supone ninguna garantía. Más sol que en Galicia desde luego no hace.
El artefacto construido por Madsen y Von Bengston, de nueve metros de longitud, consta del cohete 'Heat 1X' y de la nave 'Tycho Brahe', así bautizada en honor al célebre astrónomo danés del siglo XVI. Alcanza una velocidad máxima de 2.000 kilómetros por hora y pasa de 0 a 100 km. en 0,8 segundos. El cohete está preparado para alcanzar una altura de hasta 15 o 16 kilómetros. Elemento clave en toda la operación fue un secador de pelo que costó poco más de 10 euros y cuya misión era evitar que una serie de válvulas se congelasen durante el lanzamiento.

'La nave espacial más simple'

"Es sin duda la nave espacial más simple jamás fabricada", apuntó Von Bengtson. "Hemos utilizado los materiales más simples que pudimos encontrar. Lo realmente excitante es saber si con tu cabeza, tus manos y una calculadora puedes construir una nave espacial que pueda utilizarse para vuelos tripulados y, al mismo, divertirte con ello".
El objetivo de 'Copenhagen Suborbitals' es llevar a cabo un viaje tripulado al espacio (una órbita alrededor de la Tierra) en un plazo máximo de 10 años, con lo que Dinamarca se convertiría en el cuarto país en lograrlo, después de la URSS, EEUU y China.
Los artífices de la hazaña, en cualquier caso, no son un par de chiflados. Von Bengtson es un arquitecto especializado en habitáculos para naves espaciales que ha colaborado con la NASA, y Madsen es un inventor autodidacta que cuenta en su haber con la construcción del mayor submarino artesanal que existe, un monstruo de 40 toneladas que participó en el traslado del cohete desde Copenhague a Bornholm, una verdadera odisea de más de 20 horas en medio de un fuerte oleaje que causó más problemas que el lanzamiento en sí.