sábado, 16 de octubre de 2010

La epidemia que viene


El año pasado no había conversación en la que no se colara la gripe. Hoy nadie habla de ella aunque el virus A H1N1 que tanta alarma generó el año pasado no se haya ido del todo. En la nueva temporada de gripe, el virus pandémico seguirá contagiando pero esta vez no lo hará en solitario sino en compañía de otros virus gripales. El H1N1 se mantiene activo y circulando. Por eso, las vacunas de este año lo incluyen en su composición junto a otros del tipo A y del B que circularon en el hemisferio sur.
La experiencia de países como Argentina, Chile y Australia donde ya están a punto de abandonar el invierno austral es lo que permite aventurar cómo será de agresiva la infección. En América del Sur la epidemia no ha sido más intensa que el año anterior y los tres virus han convivido. En Oceanía ha tenido más fuerza el H1N1 y sin embargo ha habido menos afectados. «La lógica nos indica que la epidemia de este año cursará como una gripe estacional y será bastante menos agresiva, pero esta infección siempre es imprevisible», explica José Blanquer, coordinador del área de enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Patologías Respiratorias (Separ).
¿Será virulenta? ¿golpeará con fuerza el temido H1N1? ¿afectará más a adultos jóvenes que a mayores, como ocurrió el año pasado? «Es una incógnita total. En la posición más pesimista podríamos pensar que habría posibilidades de que se produjera un tercer brote de la pandemia y por eso la vacuna de este año incluye todavía a la cepa H1N1», apunta Blanquer.
¿Gripe o catarro?
Es el eterno dilema. No importa las veces que se cuente. Los españoles solemos llamar gripe a casi cualquier infección respiratoria, aunque sea un catarro común. Y con el mismo desparpajo recurrimos sin remordimientos a la autoprescripción de antibióticos, un medicamento inútil en un proceso vírico. Como breve guía, conviene saber que el virus de la gripe ocasiona un intenso malestar general: dolores musculares y articulares acompañados de fiebre alta (entre 38 y 40 grados) durante los tres primeros días, además de los típicos síntomas catarrales (tos, aumento de la mucosidad nasal, picor y dolor de garganta).
El periodo de incubación oscila entre las 18 y las 36 horas, aunque en ocasiones pueden pasar tres días entre el contagio y la aparición de los primeros síntomas. En personas de alto riesgo, es causa de complicaciones severas y motivo de ingreso hospitalario, aunque por lo general los síntomas tienden a remitir en el plazo de una semana. Si no basta con estos datos, recuerde: una gripe es ese catarro tan fuerte que nos arrastra hasta la cama y nos hace sentir tan mal que es difícil de olvidar durante años.
Más información : http://www.abc.es/20101016/sociedad/gripe-salud-201010151704.html

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