Hace un año, investigadores de la NASA que estudian el espacio interestelar anunciaron el descubrimiento de una inesperada banda de emisiones de energía sorprendentemente altas en el límite entre nuestro Sistema Solar. Después de un año de observaciones, los científicos se han dado cuenta de que se han producido importantes cambios allá arriba, incluida una rara especie de «nudo» que parece haberse desatado. Estos cambios indicarían una perturbación de la energía, según publica la revista Journal of Geophysical Research. Este fenómeno puede contribuir a que los rayos cósmicos galácticos se filtren dentro de nuestro sistema planetario, algo que resultaría realmente peligroso para la vida.
Los investigadores creen que el lazo o la banda, detectado en los mapas de la pequeña nave espacial Explorador del Límite Interestelar (IBEX), se ha formado en respuesta a las interacciones entre el espacio interestelar y la heliosfera, la burbuja protectora dentro de la cual se encuentran la Tierra y otros planetas. La heliosfera, inflada por el viento solar, actúa como un escudo protector contra los rayos cósmicos, que podrían impactar contra los planetas y quizás poner en peligro la vida. En los últimos años, parece haber disminuido su tamaño.
Los sensibles detectores del IBEX, que registra las interacciones entre el viento de partículas que emana el Sol y los rayos cósmicos provenientes de nuestra galaxia, producen mapas globales de esta región cada seis meses. Los análisis del primer mapa, publicados en otoño de 2009, descubrieron una nube de partículas de alta energía en forma de cinta que se dirigían desde el borde hacia el Sol. En ese primer mapa, el nudo se distingue del resto de la cinta como la formación más brillante.
Cambios rápidos
En el segundo mapa, publicado recientemente, la cosa cambia. La distribución de la cinta es considerablemente distinta. El nudo ha disminuido su intensidad hasta un tercio y parece desatarse, ya que se extiende hacia arriba y hacia abajo. Pero, ¿a qué se debe este fenómeno? «A día de hoy, el equipo científico no puede ponerse de acuerdo sobre que le ocurre al nudo o la cinta», reconoce David J. McComas, director del IBEX. «Sólo podemos decir que, comparando los diferentes mapas del cielo, nos encontramos con el sorprendente resultado de que la región está cambiando durante períodos de tiempo relativamente cortos. Ahora tenemos que averiguar por qué», apunta.
A media que el IBEX reúna una gran cantidad de nueva información sobre las interacciones dinámicas al borde del Sistema Solar, el equipo podrá saber más sobre el origen de la cinta.
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